CNET News publicó un artículo criticando la cultura tecnológica europea, desde una perspectiva política. Declan McCullagh escribe en What Europe (still) doesn't get:
«European governments tend to be more invasive than their American counterparts. Brussels bureaucrats with taxpayer-funded sinecures undoubtedly benefit. But this approach doesn't foster the high-tech industry vital to a modern economy».
«Europe has another problem: Its taxes are higher than in many other places in the world».
«Europeans' addiction to regulation means fewer entrepreneurs founding start-ups. In 2003, venture capital firms invested $16.9 billion in U.S. start-ups, 81 percent of the total dollars spent in Europe, Israel and the United States».
Desde la perspectiva estadounidense, la Unión Europea es Burocracilandia. Sin embargo, no conozco argumentos soporten ese dogma: ¿mayor regulación y mayores impuestos implican menos emprendedores? Por supuesto, sé que es una especie de regla de oro económica, pero me gustan las demostraciones, no los dogmas. ¿La falta de empresas tecnológicas podría tener otra explicación? Por ejemplo, que somos una cultura donde la ambición puramente personal y el volverse rico con el duro trabajo no es el estilo de vida mayoritario.
Hay que recordarle a McCullagh algunas historias de éxito de empresas de alta tecnología europeas, que curiosamente están afincandas en los países más regulados y con más impuestos de la UE: Nokia y Ericcson. Y precisamente, la explosión de la telefonía móvil en Europa no podría explicarse sin la regulación: mientras aquí disfrutamos del estándar GSM, las compañías estadounidenses se enzarzaron en una lucha para imponer sus propios e incompatibles estándares.
McCullagh se queja de la investigación de la Comisión Europea a Microsoft e Intel, como meros ecos de segunda división de los realizados por la justicia estadounidense. Sin embargo, a la vista de la ineficacia de su sistema judicial para imponer sanciones, creo que la Comisión hace lo correcot: Microsoft es un monopolio y para efectivamente la innovación. Cualquiera puede inventar software, y ser tremendamente innovador, sólo para que Microsoft use su dominio en los sistemas operativos de sobremesa para barrer a la competencia. Y hablando de regulaciones, ¿hay algo más estúpido que el sistema de patentes de software estadounidense? (que el gobierno de Irlanda quiere introducir en la UE).
Los impuestos son una herramienta indispensable para distribuir la riqueza. No tiene sentido ser rico cuando todos a tu alrededor son pobres. En EEUU, no hay un sistema público de sanidad y alrededor del 1% de la población está encarcelada. En Europa disfrutamos de un buen sistema de educación pública y producimos más graduados universitarios de los que el mercado de trabajo es capaz de digerir (sería peor tener gente sin educación). La UE sigue ese mecanismo: invierte grandes sumas de los países ricos en los menos favorecidos para ayudar a su desarrollo. De esta forma, inventamos una nueva Europa.
Aunque el diagnóstico sea incorrecto, la dolencia persiste: ¿Cómo podemos promocionar las empresas tecnológicas en Europa?