Con eso de haber estado sin abrir el agregador varias semanas se me escaparon algunas noticias importantes. A través de Islas en la Red leo que Marcos Taracio anunció el cierre de la Revista Almacén. Se trataba de una revista de literatura y pensamiento (a petición de Marcos, Martin Pawley escribimos un artículo para el número de julio sobre Letras y estrellas). En la portada de este magazine electrónico ahora reza:
«La carga de trabajo de la revista era ya demasiada y los costes excesivos; se pidió ayuda económica para poder seguir realizando esta labor de difusión de cultura, pero los lectores no ofrecieron su apoyo. En consecuencia, nos vemos obligados a reducir costes y a aunar esfuerzos, abandonando Almacén y redirigiendo a parte de sus colaboradores a Libro de notas».
Y hace no tanto cerró En.red.ando, durante muchos años sitio indispensable de reflexión sobre la Sociedad del Conocimiento en España. Su fundador, Luis Ángel Fernández Hermana, daba explicaciones de por qué la iniciativa no había funcionado bien:
«A nosotros, este comportamiento temperamental del discurso sobre la Sociedad del Conocimiento y sus manifestaciones tangibles nos supuso un desgaste extenuante pues tuvimos que remar siempre contracorriente, a pesar de que todos decían que la corriente iba a nuestro favor. Nos hubiera gustado tener menos amigos, y más remeros».
En Almacén hemos tenido un poco de suerte, porque al menos los archivos están disponibles. El caso de enredando es sangrante, porque han desaparecido años de debates, artículos y columnas que valían su peso en oro.
Por un lado, esto me lleva, de nuevo, a hablar del dilema del prisionero o la responsabilidad de los internautas con el mantenimiento de la infraestructura de la Red, más allá de la conexión teléfonica. No sé si los cartelitos de AdSense serán el maná, pero deberíamos esforzarnos algo más en facilitar donativos a esta orilla del Atlántico, donde PayPal no es popular.
Por el otro lado, pienso sobre la cultura tecnológica española. El Ministerio de Industria acaba de presentar el enésimo plan de fomento de Internet, que al paso que vamos teminará llamándose Plan Info XXII. Me parece acertada la política de promoción a través de ciberguaguas pero ¿es suficiente? ¿Cuando los webs de la Administración Pública seguirán a rajatabla unas normas de usabilidad y la accesibilidad? Si la Red forma parte indispensable de nuestra Cultura actual, ¿no deberían existir fórmulas para promocionar contenidos en la Red? Más aún en el caso de iniciativas culturales y divulgativas, como en el caso de Almacén. Es triste que la popularación de Internet sea a costa del P2P.
En fin, que nos podemos quejar de la situación actual del acceso a la Red en los hogares españoles, pero lo cierto es que todos los años mejora un poco. Con otras políticas, quizás como las que siguen en Extremadura, es probable que pudiéramos acelerarar el proceso.
Por cierto que, casi sin darme cuenta, en un par de meses cumpliré 10 años de vicio ininterrumpido. Tanto camino recorrido y tanto camino por recorrer...