¿Qué tipo de blogosfera queremos?
14 diciembre 2005
Uno de los weblogs de referencia de la blogosfera hispana, Microsiervos, cierra sus comentarios. La explicación que dan es que los esfuerzos dedicados a mantener a raya a los turistas y trolls llegó a su fin. Pero de esta forma, pagan justos por pecadores. La gestión de la comunidad y cómo escalarla es uno de los puntos débiles de cualquier sitio que atrae muchas visitas. El potencial de trolls aumenta con la popularidad.
La gestión del civismo es un problema conocido y las soluciones técnicas no son la panacea, pero pueden ayudar, a costa, eso sí, de complicar la vida a la mayoría de usuarios civilizados. En Slashcode (el software tras Slashdot y Barrapunto) implementaron un sistema de karmas y puntuaciones de comentarios, que a través de votaciones populares, permite a los lectores filtrar la avalancha de comentarios y leer los más votados, ya sean los más divertidos o los más informativos, etc. Este sitema ha sido adoptado por muchos de los clones de Slash, como PHPNukes y derivados. En Barrapunto no ha terminado de funcionar, ya que un aspecto clave es la necesidad de una masa crítica de usuarios para realizar votaciones. Además, parte de las votaciones se perdían puntuando negativamente a los trolles. La solución propuesta hace un mes ha sido elevar el nivel de filtrado de tal forma que los comentarios anónimos no aparecen por defecto. A priori diría que ha sido una buena decisión.
En MovableType, por nuestra parte, ofrece otros tipos de soluciones. Por un lado, se permite la moderación previa de comentarios y mientras tanto, publicar los comentarios de los usuarios autentificados mediante TypeKey -lo que requiere darse de alta en dicho servicio- o restringir los comentarios a este tipo de usuarios. Finalmente, podemos dejar abiertos solo los trackbacks, lo que aumenta aún más la barrera de entrada y obliga a utilizar un blog (con soporte de trackback) para realizar "comentarios".
Pero, como vemos, los danmificados de estas soluciones son los usuarios anónimos. Microsiervos destacan que buena parte de los trolls son personas que se esconden en el anonimato para destripar a quien se les ponga por delante. Algunos editores de Barrapunto hemos hecho una defensa casi a ultranza del derecho al anonimato, y de las inestimables contribuciones aportadas por los pobrecitos habladores. Pero, por desgracia, la paciencia de cada dueño es diferente y tiene unos límites y la experiencia nos dice que incluso con usuarios registrados, no nos podemos librar de los talibanes.
Precisamente, en Les Blogs 2.0, Mena Trott nos preguntaba qué tipo de blogosfera estamos construyendo, si estamos siendo lo suficientemente responsables para hacer de la blogosfera un lugar suficientemente agradable como para que otras personas se animen a participar en La Conversación. Por supuesto, no quiero decir que debamos evitar las críticas, sino tratar de hacerlas lo más constructivas posibles. A priori, las opiniones no son respetables, solo las personas. Pero diría que no siempre es así, y de hecho, que es más práctico aprender rápidamente a aceptar las críticas y a ignorar a los trolls. Pero la cuestión sigue sobre la mesa: los incivilizados (no solo los trolls, sino los spammers) tienen en su mano destruir, mediante el abuso del anonimato que tan importante es para personas en peligro de ser encarcelados o penados por hacer uso de esa idea radical que es la libertad de expresión, un lugar que quizás sería muchísimo más interesante y rico si fuéramos menos agresivos.