El método del discurso
22 febrero 2008
Algunas ideas se me quedan en la cabeza rondando como moscas, que de forma casual las voy relacionando con otras ideas al leer o ver la televisión. Al final cristalizan en una reflexión, y este es uno de esos casos.
Un debate fallido
En el pasado Evento Blog España hubo un lamentable incidente en la mesa de debate sobre el estado de la blogosfera. Antes del evento los tres ponentes habían realizado un pre-debate en sus blogs, que continuaron en vivo. Quizás fue el subidón de ver en directo a Andreu Buenafuente. Quizás los participantes no se hicieron entender. Quizás la forma de tratar el tema fue aburrida. Afirmar que la mesa no tuvo una buena acogida es decirlo suavemente. De vuelta en casa leí una opinión, quizás fue en el blog de JJ, o quizás en el de Tíscar, que decía que estos debates funcionan mucho mejor en Internet. Y esa fue la mosca que me ha estado rondando desde noviembre.
El corsé mediático
Cuando pienso ahora en los debates electorales en televisión la imagen que se me viene a la cabeza es el párrafo anterior de Evento Blog. Aplaudo iniciativas en las que la participación ciudadana es protagonista, como los debates CNN-YouTube en EEUU o Tengo una pregunta para usted en RTVE. Pero ese protagonismo es limitado. Los ciudadanos nos limitamos a enviar nuestra duda, y los políticos a condensar en tres minutos una respuesta. El formato, el medio, la televisión, son finitos.
La prensa y la radio también imponen sus límites y sus reglas. La vida pública(da) está filtrada por un número reducido de periodistas y condensada en la cantidad de datos que los medios de comunicación de masas son capaces de digerir, lo que obliga a competir ferozmente por hacerse notar. La comunicación pública se planifica para medios de escasez. Los programas electorales quedan reducidos a titulares en los medios de comunicación. Las ideologías, a eslóganes en vallas publicitarias. Este debate a lo twitter (140 caracteres o menos) empobrece nuestra sociedad. Y como consecuencia, cualquier debate público queda al servicio de las audiencias de los medios de comunicación.
Internet y el poder de la escritura
La alternativa a estos medios de escasez es Internet, un medio de abundancia. En Internet, cualquier persona puede lanzar su mensaje con el formato y extensión que prefiera: texto, audio y vídeo. Esto era así antes, pero es mucho más fácil y barato ahora. Internet también aporta difusión global e interacción, dos elementos que eran difíciles de encontrar en los medios de comunicación de masas.
Difusión global, interacción y facilidad de publicación son elementos comunes de las listas de correo, de los foros, de los servicios de vídeos, podcasts y redes sociales de fotografías. No voy a poner en cuestión la popularidad de estas y otras herramientas, pero voy a hacer apología del uso trascendente de los blogs. Aunque las fotos, el vídeo o el audio pueden emocionar, cuando se trata de transmitir pensamientos, conocimiento, ideas elaboradas, no hay nada comparable al poder de la escritura.
Pensemos en La Biblia, el derecho romano, la Declaración de Independencia, los Principia Mathematica, el manifiesto comunista... todas estas ideas fueron plasmadas en papel y difundidas por todo el planeta en libros impresos y aún forman parte del presente. Sus autores influyeron decisivamente en el transcurso de la Historia. En cada lectura, devolvemos a la vida sus pensamientos. La palabra escrita tiene un valor adicional sobre lo oral o la imagen.
Si al poder de la escritura le añadimos el de la interacción instantánea y sin intermediarios, nos encontramos con un potencial enorme. Y es esta, en mi opinión, una de las más nobles aportaciones de los blogs: una riqueza de debate inigualable.
Internet y la política
Si hay algún ámbito que pide a gritos un debate social más elaborado es, para mi, la política. El uso que hacen los partidos de Internet traslada a la red vicios de los medios de comunicación tradicionales. Por fortuna, algunos políticos, ministros incluidos, ya han comprobado el placer de escribir sin censura, sin límite de extensión, sin interrupciones, siguiendo su propia agenda. Pero deberían dar un paso más y zambullirse en la blogosfera en busca de opiniones, críticas y puntos de vista alternativos. Como ciudadano, agredecería que utilizaran estas y otras herramientas para complementar el debate de masas con un discurso más inteligente, atrevido y sincero, abierto a las críticas y a las propuestas. Ganaríamos todos.
La sociedad tiene grandes oportunidades en la Red, pero también grandes retos. El explotar este potencial depende de nosotros.