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Crisis editorial y cola larga

En Público, Paula Corrot escribe un artículo titulado La burbuja editorial ya no aguanta más. Viene a decir que en 2008 se publicaron más libros (un 19% más), pero las librerías devolvieron bastantes más (el 30%).

«Algunas librerías comienzan a dar la voz de alarma: "Ya no podemos absorber 50 novedades a la semana", admite Aldo García, de la librería Antonio Machado de Madrid. Como apostilla el editor Pote Huerta, de Lengua de Trapo, "hay voces que dicen que el sector del libro está bien, pero no es así. Estas cifras indican que hay una hiperinflación del libro y esto está produciendo una pérdida de bastante dinero en las librerías". [...] "Los servicios de novedades de las editoriales, para intentar vender más, han pasado de enviar 10 a enviar 20 libros a las librerías, pero no se dan cuenta que, por mucho que se empeñen, sólo se venden 10". El resto se devuelve y eso ya supone un gasto para la librería, la distribuidora y la editorial».

¿Cómo interpretar estas cifras, a la luz de Internet? Quizás recuerden The Long Tail. Es la teoría de que Internet permite vender una cantidad enorme de productos, porque no existen problemas para publicar un catálogo innumerable de productos: los super-éxitos siguen siendo super-éxitos, pero los productos pocos conocidos también encuentran un pequeño mercado (que en conjunto suman un buen volumen de ventas). Chris Anderson, en su artículo sobre La Cola Larga decía: «Más de la mitad de las ventas de libros en Amazon provienen de aquellos libros que no están en el grupo de los 130.000 más vendidos».

Lo debatía esta semana con pjorge: hoy en día ir a una librería sin una conexión a Internet es casi perder el tiempo. La ayuda que pueden ofrecer los libreros es cada vez más limitada, no pueden saber todo sobre todo. Si queremos saber cuál es el mejor libro sobre Roma, la mejor opción es sin duda bucear por la Red y leer reseñas, echar un vistazo al índice, a las primeras páginas, incluso preguntar en un foro de historiadores, hasta encontrar el libro adecuado. ¿Cómo puede competir con eso una librería? (Desde luego, reconvirtiéndose y ofreciendo otros servicios, que es lo que están haciendo las librerías dedicadas a juegos de mesa y de rol). The Economist publicó días atrás un interesante artículo sobre el impacto de las reseñas de libros y otros productos en la Red, Fair comment:

«Visitors are more reluctant to buy until a product attracts a reasonable number of reviews and picks up momentum. [...] Yet even when a product has attracted hundreds or even thousands of reviews, they keep coming in».

Entonces, ¿es cierto que la burbuja editorial ya no aguanta más? Desde el punto de vista de los libreros, que tienen una cantidad limitada de estanterías esa afirmación puede tener sentido. Pero si la teoría de la Cola Larga es cierta, la estrategia de las editoriales de publicar más novedades que nunca tiene sentido si están pensando en un mercado dominado por las ventas a través de Internet. Y no no sé si es el caso, porque en España no contamos con una tienda electrónica comparable a Amazon.com -y con el advenimiento de los libros electrónicos, es algo que puede pasar factura.

Me quedo con la duda de qué está ocurriendo realmente en el mercado editorial. Según Público: «En el otro lado de la balanza, están las ventas que, según Antonio María Ávila, de la Federación de Gremios de Editores de España, en 2008 bajaron un 2%». Pero en enero, se descorchaba el champán cuando se anunció que 2008 fue récord de ventas de libros, con un crecimiento del 30% según datos de Nielsen. ¿Más libros pero menos beneficios? No parece en todo caso que pueda hablarse de burbuja editorial o crisis, con un crecimiento del 30% o un descenso de un 2%. Que el modelo de distribución actual de libros quizás no es eficiente para las librerías, es otro cantar, pero muy a su pesar, la publicación de muchas novedades es solo uno de los problemas que van a tener que afrontar, y probablemente no el más serio.

PD: A todas estas, la revista de Carrefour anuncia la venta del Papyre, el libro electrónico de firmware español. ¿Malos tiempos para los negocios impresos?


Feliz cumpleaños, WWW

  • El World Wide Web cumple dos décadas entre nosotros.
  • La aparición de los navegadores web impulsó la popularidad de Internet.
  • La sencillez de los protocolos han promovido su adopción y expansión.

De la Wikipedia:

«En marzo de 1989, Tim Berners Lee, ya como personal de la divisón DD del CERN, redacta la propuesta, que referenciaba a ENQUIRE y describía un sistema de gestión de información más elaborado. No hubo un bautizo oficial o un acuñamiento del término web en esas referencias iniciales utilizándose para tal efecto el término mesh. Sin embargo, el World Wide Web ya había nacido. Con la ayuda de Robert Cailliau, se publicó una propuesta más formal para la world wide web el 12 de noviembre de 1990».

Nuestra vida actual sería muy diferente sin el web. Mi primera página web probablemente fue mi página personal, en la ULPGC. La segunda y la tercera fueron páginas de asociaciones astronómicas, que casi 15 años después todavía siguen vivas. En aquellos días, crear una página web se hacía a golpe de vi o emacs, en una terminal UNIX de fósforo naranja (o en una terminal gráfica HP-UX si tenías la suerte de encontrarla libre). Hoy en día se puede enviar un correo electrónico para actualizar un weblog desde un telefóno móvil y no se hace falta pelearnos con el código HTML. Hoy en día es difícil que un internauta distinga entre Internet y web.

Claves del éxito

¿Cuál fue el secreto del éxito del WWW? Además del hiperenlace, sin duda alguna el navegador gráfico. Ya existían otros protocolos en la Red para compartir y enlazar información relacionada, aunque de forma rudimentaria. Pero gracias a los navegadores Mosaic y a Netscape Internet mostró por fin una imagen atractiva. Las empresas por fin podían mostrar sus productos en la Red.

Pero hay otra idea, que tiene sus raíces en el nacimiento de Internet hace 40 años, que también ha ayudado a que el WWW se convierta en el rey de los servicios: apertura, simplicidad y escalabilidad. Internet no es como la televisión o el teléfono, que solo permite la comunicación mediante una serie muy limitada de protocolos: con una antena de TV solo se reciben señales en vídeo y en audio y ya está. La familia de protocolos en Internet están abiertos a la aportación de los propios internautas (fé de ello son los RFCs). Internet permite que los servicios evolucionen sin modificar la infraestructura básica de la Red. Los estándares en los que se basaba el WWW eran relativamente sencillos: HTTP (para la comunicación entre servidores y navegadores) y HTML (para la estructura de los documentos).

La sencillez del HTTP permitió que los programadores los adoptaran rápidamente para implementar servidores y navegadores. La sencillez del HTML permitió que las universidades y empresas publicaran rápidamente información en la Red, y además de forma relacionada. Cuanta más información había en el WWW, tanto más aumentaba su valor. Con el paso del tiempo, el HTML y el HTTP ha ido evolucionando para acomodarse a necesidades más dispares (CSSs, sesiones, etc). Tal es la popularidad del web, y la flexibilidad del HTTP, que muchos otros protocolos han ido cayendo en desgracia. Por ejemplo, el streaming de vídeo se realiza cada vez más en HTTP y menos en protocolos propietarios.

Unix, TCP/IP, HTTP y HTML no serán probablemente las obras cumbre de la ingeniería computacional. Pero lo que han permitido construir en base a ellos han cambiado para siempre la forma en la que los humanos nos relacionamos.

Digitaliza el planeta

¿Cuál es el futuro del WWW? Sin duda alguna, la digitalización de casi todo soporte físico y su puesta a disposición en Internet: imágenes, música, libros, personas, calles... De ello habla su creador. Vía Denken Über, descubrí esta charla de Tim Berners Lee que grita Raw data now!