Crónica de un #manifiesto
Entrevista en Alt1040

El #manifiesto y la Ética hácker

Creo que todos estamos de acuerdo en que el asunto de la propiedad intelectual es importante, tanto como la neutralidad de la Red y la libertad de expresión. Pero resulta difícil mantener una conversación seria sobre estos asuntos con unos niveles de argumentación pobres y maniqueos.

Ataques políticos

Era esperable que desde las asociaciones de editores, discográficas y demás, atacaran el #manifiesto. Lo que me ha sorprendido es comprobar lo mal que se lo han tomado algunos parlamentarios del PSOE. Lo de algunos lo señalo porque otras personas, como la diputada y portavoz del Grupo Socialista del la Sociedad de la Información en la Comisión de Industria Lourdes Muñoz lo ha apoyado, sin bien con algún matiz. Hace años que entre los Ministerios de Industria y Cultura hay tortas por la salvaguarda de la propiedad intelectual en la Red. En teoría, Industria defiende los intereses de las compañías telefónicas y proveedores, mientras Cultura, músicos, discográficas, editores, etc. Qué ministerio defiende el interés de los internautas, es un enigma.

La semana pasada Félix Lavilla intentó deslegitimar el #manifiesto utilizando al Partido Popular como ariete y atacando a Enrique Dans. Lavilla es desde 2000 Portavoz en la Comisión de la Sociedad de la Información y del Conocimiento del Senado, que ahora está integrado en la Comisión de Industria, Comercio y Turismo. Acusó a Dans, uno de los promotores del manifiesto, de no haber luchado contra la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información aprobada en 2002 durante el gobierno del Partido Popular. Cuando Enrique le demostró que sí se posicionó en contra de la LSSI, con un artículo publicado en El País, el senador prefirió no reconocer su error.

A pesar de que el manifiesto ha sido apoyado por Coalición Canaria,  Bloque Nacionalista Galego e Izquierda Unida, hoy nuevamente vemos otro intento de asociar el manifiesto con el Partido Popular. José Andrés Torres Mora, diputado y Secretario Ejecutivo de Cultura del PSOE, escribe en El País un artículo de opinión titulado Menos virtuales y más virtuosos. Según contaba El País, en 2001 José Torres (sociólogo) era jefe de Gabinete de Zapatero, su «bastión ideólogico» que le ayudaba a «redactar discursos, analizar encuestas, aconsejar lecturas», etc. ¿Qué opina este bastión de la controversia a cuenta de la Ley de Economía Sostenible?

Intereses ocultos

El subtítulo del artículo escrito por Torres Mora es más descriptivo: «¿Por qué la misma derecha que quiere expulsar al Estado de las calles, la salud o la educación se suma ahora a la campaña contra una iniciativa para evitar el robo en Internet del trabajo intelectual?». El Secretario Ejecutivo de Cultura del PSOE mantiene varias tesis en el artículo. A saber:

  • Que estamos ante un manifiesto movido por intereses neoliberales.
  • Que se propone la desregulación de la propiedad intelectual.
  • El Partido Popular entra en contradicción al apoyar el manifiesto.
  • Los internautas, apoyando el manifiesto, estamos ahora al servicio de los intereses del PP.
  • Los programas de intercambio son innovaciones para cierto tipo de delincuencia.
  • Que tras el manifiesto hay intereses ocultos (creo que se refiere a las compañías telefónicas).

Tal parece que el PSOE ha tenido su propio fenómeno Pásalo y como el PP entonces, se trata de buscar conspiraciones e intereses ocultos para deslegitimar un movimiento nacido en, por y para Internet. No son capaces de entender el fenómeno distribuido y emergente de las redes sociales. Desde luego, como sociólogo Torres Mora no es Manuel Castells.

Coherencia política

Creo que es interesante aclarar algunas cosas después de la lectura del artículo de José Torres:

  • El manifiesto está en contra del cierre o bloqueo administrativo de páginas web por supuesta violación de la propiedad intelectual. El manifiesto no quiere «excluir al Estado de Internet», sino que insiste en la separación de poderes del Estado, y que sean los jueces quienes decidan.
  • El manifiesto no dice nada acerca de que el Gobierno «pretendía desconectar al nieto».
  • A pesar de que el autor lo tenga tan claro, los expertos en Internet no: la «violación flagrante» de la propiedad intelectual es un terreno muy gris como para dejarlo al arbitrio cautelar de una comisión administrativa.
  • «La extensión de Internet ha coincidido con la hegemonía política del neoliberalismo». Internet tuvo su mayor impulso con Clinton y Gore. Y si de política en la Red hablamos, fueron las campañas de Howard Dean y Barack Obama las que más han innovado. Además del famoso pásalo, el trío de las Azores ya vivieron unas manifestaciones globales contra la Guerra de Irak gracias a Internet.
  • «Para ser un espacio de libertad hay demasiada gente en Internet que hace política bajo la capucha del anonimato». De acuerdo: hay personas que abusan del anonimato en la Red. Pero cuidado con recelar el derecho al anonimato porque hay gente que se juega la vida por defender los derechos humanos usando la Red en dictaduras.

Lo cierto es que vivimos una esquizofrenia política a cuenta de Internet. El Gobierno del Partido Popular en su día introdujo en la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información el concepto de «órgano administrativo competente» la autoridad de bloquear o cerrar un sitio web comercial. Por este hecho, Kriptópolis y la Asociación de Internautas organizaron una campaña contra la LSSI. En las enmiendas del Grupo Parlamentario Socialista a la LSSI afirmaron «cuando estén incursos derechos fundamentales, sólo los órganos judiciales sean los competentes en su defensa y reposición». Siete años después, el PSOE propone dejar a expensas de una Comisión determinar qué es una «violación flagrante» de la propiedad intelectual.

No sé si es coherente apuntar a las incoherencias del partido opuesto cuando la casa está sin barrer. Además de que hay corrientes dentro del PSOE en contra de la LES, muchos cuidadanos nos preguntamos qué política de izquierdas aplica un Ministerio de Cultura que está más ocupado en defender a una serie de empresas que ven en la Red un riesgo y no una oportunidad; qué política de izquierdas es desatender las demandas de los ciudadanosqué política de izquierdas es desocuparse del futuro, de la Cultura de la Red. Tampoco se entiende por qué el Gobierno ignora a los grupos de profesores innovadores que fomentan compartir contenidos y la industria local de software libre que da puestos de trabajo aquí, sino que continúa firmando acuerdos con grandes empresas o empresas juzgadas y sentenciadas por abuso del mercado.

De hecho, no creo que las posturas del Partido Popular en este asunto estén tan lejos de las del PSOE. Las descargas ilegales están en el punto de mira de grupos de presión muy importantes, nacionales e internacionales entre las que están discográficas, editoriales, periódicos y la industria audiovisual. Personalmente, creo que el apoyo de muchos partidos de la oposición ha sido oportunista. Como el fútbol, la política es así.

¿Existe ideología política en las descargas?

Dice Torres: «Cuando se ve el desarrollo de los programas de intercambio, alguien podría pensar con un clásico de la sociología como Robert K. Merton que cierto tipo de delincuencia no es más que una forma de innovación. Pero nada de eso justifica el robo, y ningún modelo de economía sostenible se puede basar en el robo». Acusa a otros de afirmar que se va a cortar Internet a los nietos, pero ¿cómo debemos interpretar entonces este párrafo? ¿Cree que compartir archivos mediante P2P debería ser un delito?

En marzo de 2007, el Gobierno socialista realizó y público una encuesta del CIS con preguntas relacionadas con las descargas en la red. Dando por válida una encuesta en la que sólo un 5% de los encuestados afirmaron acceder a páginas eróticas, tenemos que el 38% usaban internet para descargar de música, vídeos y películas. Los datos son compatibles con la Encuesta General de Medios, que en 2007 muestra un 31% de usuarios de P2P. La ventaja del CIS es que tenemos las respuestas segmentadas por ideología política, donde la izquierda es 1 y la derecha es 10. Por ideología, izquierda: 42%; centro-izquierda 42%; centro, 38%; centro-derecha, 31%; derecha: 44%.

En dicha encuesta se realizaron otras preguntas interesantes como ¿La cultura es un bien libre, que todos debemos proteger?, ¿La copia o distribución no autorizada de obras obstaculiza el desarrollo cultural? y ¿Es necesaria una ley que proteja a los autores y sus obras? Existen algunas diferencias por ideología, pero en general, no son significativas. No parece que los internautas españoles vean en Internet el fin de la cultura. Independientemente del color de su voto, sí parecen de acuerdo que los productos culturales son caros y que hay muchos intermediarios que la encarecen.

La Ética Hácker

Es posible que Torres citara a Robert K. Merton por su teoría de la anomia, según la cual la falta de normas conduce al individuo o a la sociedad a la delincuencia. Sin embargo, en Internet no estamos en ese caso. Los «libertarios internautas» y las teorías de sociología de la ciencia de Merton son explicaciones más satisfactorias para lo que está ocurriendo en la Red.

Los háckers que han construido Internet heredan una ética particular que tiene raíces en la cultura estadounidense. Primero, entendamos el uso de la palabra hácker en este contexto: no es el pirata informático sino el hacha, el experto. La ética hácker fue estudiada en 1984 por el periodista Steven Levy y se basa en una serie de principios, que incluyen: compartir, la apertura, la descentralización y la mejora del mundo. Levy también describe estos otros principios y creencias, que se contextualizan en el acceso a los ordenadores y los conocimientos:

  • La información debe ser libre.
  • Desconfianza en la autoridad (académica, burocrática, etc).
  • Meritocracia.
  • La informática como arte.
  • La informática como herramienta para mejorar la vida.

Robert K. Merton explicaba que los ideales de la ciencia incluyen el comunalismo, el universalismo, el desinterés (entendido como generosidad), la originalidad y el escepticismo. No muy diferentes de los detallados por Levy. Desde luego, los principios de la ética hácker si bien tienen puntos en común con el liberalismo desde luego no son neoliberales. La ética hácker tiene raíces en el Renacimiento, en la Revolución Científica, en la Ilustración... y por supuesto, en la Declaración de Independencia de los Estados Unidos. Muchos de los Padres Fundadores como Jefferson, Adams o Franklin eran ilustrados.

Siglos más tarde de progreso científico, tecnológico y social, la informática personal no se entendería sin la ética hácker: el afán de un pequeño grupo de personas por entender, compartir y mejorar los ordenadores, por hacerlos accesibles a la sociedad, por mantenerlos lejos del control exclusivo de los gobiernos y las grandes empresas. Internet no se entendería sin la ética hácker: los protocolos en los que se basa son fruto del consenso de académicos e ingenieros; el diseño es descentralizado, no hay control sobre qué programas o datos se pueden o no pueden enviar; todas las conexiones son de igual a igual, sin privilegios. Cómo no, la ética hácker también está presente en el movimiento de software libre: miles de programadores de todo el mundo se unen a través de Internet, entre otras cosas, para frenar un monopolio de facto, en la creencia de que sus creaciones beneficiarían al conjunto de la sociedad. Y es el software libre el que inspira el movimiento de cultura libre, cuyos ejemplos más conocidos son las licencias Creative Commons y la Wikipedia.

Sin personas que compartan conocimientos de forma colaborativa y altruista no existiría la Wikipedia. Sin software libre, no se hubiera desarrollado la plataforma que da cobijo a la Wikipedia ni Google. Sin Internet, los programadores de todo el mundo no hubieran podido colaborar para crear y compartir software. Con la imposición de patentes, licencias, comités, no se hubiera desarrollado Internet de la forma que lo ha hecho. Simple teoría de juegos: los competidores de Internet desaparecieron porque un entorno controlado y no colaborativo es menos creativo e innovador.

Estos háckers han luchado porque el Gobierno de EEUU desregulara el uso de cifrados, que permiten las compras seguras en Internet en todo el mundo. Estos háckers han denunciado el uso de un cortafuegos en China que limita la libertad de expresión de sus ciudadanos. Estos háckers han luchado porque las empresas no controlen cómo, cuándo y dónde se pueden reproducir productos comprados legítimamente.

El #manifiesto y la Ética Hácker

Estoy convencido de que muchos de los firmantes del manifiesto asumen como natural y propia esa ética hácker, no sólo de palabra, sino de acción: somos programadores de software libre, traductores de documentación, colaboradores de la Wikipedia, divulgadores científicos, escritores de todos los estilos con blog, fotógrafos, artistas, empresarios que comparten contenidos mediante licencias Creative Commons y similares. Toda esta Cultura floreciente de la Red no tiene representación en ningún ministerio. Quizás el problema es que resulta difícil estimar toda esta aportación al PIB. ¿Neoliberales?

Es poco probable que personas de la reputación (meritocrática) de Ignacio Escolar o David Bravo se dejen ser cómplices de un movimiento neoliberal. De hecho, entra dentro de lo altamente improbable que el ex-director de Público sea simpatizante del Partido Popular (¿«demasiada confusión para ser fruto de un malentendido»?). Pero sería engañarnos si negásemos que hay una parte de los firmantes del manifiesto que están a favor de una regulación más laxa de las leyes de propiedad intelectual, que consideran excesivo el canon y la duración del copyright. Sospecho que muy pocos apoyan el lucro a costa ajena o el plagio. Hay quienes tienen incluso propuestas razonables.

Por desgracia, a los debates en profundidad nunca llegamos porque nos perdemos en ataques y argumentos maniqueos.

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